Es por todos conocido que Asturias es la joya natural del territorio español. Pensar en el territorio astur es evocar la naturaleza, parajes verdes y el cielo juntándose con el mar.
Todo en Asturias tiene encanto propio, desde los pueblos pesqueros de Luarca, Luanco o Tazones, hasta las ciudades más grandes como Gijón u Oviedo. Por no hablar de las playas, como la del Silencia, la costa de Cudillero, Llanes, el Cabo Peñas… y como no, Covadonga (Cuadonga, como decimos los asturianos).
Pero, además de su impresionantes paisajes y monumentos, Asturias es también un paraíso gastronómico, no sólo por las cantidades (que también), sino por las calidades en sus ingredientes y productos y su, cada vez mayor, innovación en recetas.
En este post, queremos acercaros a los tips que diferencian la cocina y comida asturiana, de la de cualquier otro lugar:
-Menús del día: Algo muy típico en nuestro país y que no valoramos hasta que tenemos que salir de él. En Asturias, todos los menús tienen primero, segundo y postre, y ningún asturiano que se precie se pierde alguno de ellos. ¡Hasta repetimos!
Uno de los primeros platos más famosos es la caldereta, un plato compuesto de pescados, mariscos y verdura a fuego lento.
De segundos, el cachopo asturiano o cachopo de ternera cobra cada vez mayor protagonismo. En Las Tablas del Campillín somos especialistas en este plato tan típico de la comida asturiana, habiendo ganado numerosos premios por nuestra innovación y calidad en la receta.
-Fabada y potaje… ¡No es lo mismo!: La fabada asturiana es inconfudible, y tan mítica como la sidra. Para que sea 100% astur debe tener como compango chorizo y morcilla asturianos, y preparse la víspera para que coja el sabor tradicional. El potaje también lleva fabes, pero se acompaña de distintos ingredientes como berzas o patatas.
-¡Hay vida más allá del Cabrales!: En Asturias tenemos más de cuarenta diferentes variedades de queso. Es tierra de queso azul, entre los que recomendamos el de Gamoneu. Si vienes a nuestro restaurante Oviedo, no te olvides de probar los diferentes tipos de cachopo asturiano que hacemos cada uno con una variedad de queso.
-De postre… ¡Frixuelos!